Vamos a partir de cero. Somos todos seres humanos. Los perros no acceden a internet. ¡Todavía! el marketing es un acto hostil y existe porque el mercado no es propiedad de las empresas. Éstas quieren mostrar sus productos, sus marcas y cualquier otra cosa que incremente sus beneficios. Los marketeers son los que tienen que hacer el trabajo sucio.
Internet no supone una gran diferencia, más bien facilita el trabajo. Nada más cruel que valerse de una tecnología cuestionable, que esconde, tras una cortina de bits, la acción de estos profesionales.
¿Cuál es la razón para hacer SPAM? Ellos usan tu línea telefónica, tu computador y de tu paciencia, a cambio abusan de tu buena voluntad. Lo peor es sentir que se está siendo seguido, observado cuando se visita un site cualquiera, y se recibe al día siguiente un e-mail lleno de promociones idiotas. Los buenos profesionales condenan esta práctica. Es una falta de respeto al prójimo. No haga al prójimo lo que no le gustaría que le hicieran a usted.
Estos usurpadores no están preocupados. Actúan con la mayor normalidad. Son negocios, y en el mundo de los negocios la ley sólo existe para los débiles. Y ¿en cuanto al «junkmail» corporativo? Este es el concepto de permission marketing llevado al extremo de la falta de ética. Basura en la caja postal. Gastarse enormes fortunas para conseguir una autorización, el primer contacto, la cesión de las direcciones de e-mail. Todo limpio y correcto. Sin embargo en la práctica, cuando el consumidor debería recibir un bouquet de flores, todo es olvidado. Volvemos al viejo teatro. El cliente tiene que sufrir. Las empresas olvidan que el marketing es un concepto amplio.
Parece que las cosas van mal en este espacio de nadie. ¿Será que estamos listos para el próximo «round»? Dos cruzados de izquierda, ya me dejaron un poco tonto, y todavía le queda el directo. Realmente, en el marketing directo no hay dolor. Golpea en el pobre internauta. Sin la menor compasión. Ahora el negocio es serio. El SPAM irrita de sobre manera y la recogida de datos es aterradora. ¿Por qué aterroriza? Eche un vistazo al futuro, a la generación de nuestros hijos, y tome conciencia podrá ser mucho peor, y bien rápido. ¿Cómo se está haciendo esa recogida de datos? Simplemente pasando por encima de los derechos humanos.
La forma no tiene sitio en este artículo, es fruto de la malicia de personas sin escrúpulos. El hombre es quien programa el computador, y este trabaja para recoger, juntar y diseminar la información. Las empresas de tarjetas de crédito saben muy bien de lo que estamos hablando, aunque sólo sean una pequeña porción del problema, y trabajen con los datos que ellos mismos manipulan. Saben mucho más de la vida de sus clientes de lo que podemos imaginar.
La culpa no es de internet. Es sólo un medio por el que las personas se relacionan. La gracia es que las herramientas media sólo hacen publicidad a los vándalos cibernéticos, mas ¿quién va a abrir la boca para denunciar estas actividades ilegales? Perdemos un tiempo precioso hablando de protocolos, de firewalls y de otros útiles de seguridad y olvidamos palabras como educación, respeto, cultura y filosofía. La solución no está en la tecnología, está en la ética.
La privacidad es un asunto importante. Tal vez sea el centro del debate en la era de la información. ¿Tendremos un maravilloso mundo nuevo o seremos devorados por el Gran Hermano?.
Los mercados están conversando. Tal vez sea una forma, aún incomprensible para las empresas y los marketeers en servicio. Esta conversación va mucho más allá de lo que se analiza. La comunidad ya creó el Linux, el Apache, y otros productos que representan la revolución de la información. Se están creando más y más. Esto, mientras las empresas continúan caminando sobre las piedras monolíticas heredadas de la revolución industrial. No vale la pena ver esta película otra vez. El mercado está cambiando y rápido. Quien trabaja en la red al viejo estilo no consigue establecerse.
El NASDAQ dejó de dar sustento al mercado, y casi volvemos al tiempo de los carros digitales. ¿Por qué será? ¿Quién no se dio cuenta que el mayor activo en la red es la participación, o interrelación, el respeto por los derechos de los usuarios, la calidad de los servicios, la transparencia y la voluntad de cambiar al ser humano? Estas son las reglas del juego. Y este juego es internet.